DIBUJO
Mil años ha que toqué mi plimer lápiz. Bueno, quizá mil no, pero veintipico sí. Atrás quedó ya aquella vena de decorador de interior (especializado en pasillos) y somieres, dibujante de mandalas playero y creador de legiones de pokémones una década antes de que nacieran (¿qué habrá sido de aquellas libretas?). Por lo general tengo muy mala memoria, así que me sorprende acordarme de estas cosas.
Luego llegó el colegio y mis primeras clases de dibujo: 'manualidades', 'plástica' o 'dibujo', algo así se llamaba. Me encataba. Pasaba tardes enteras emporcándome, probando diferentes formas y materiales en casa por mi cuenta. Es curioso, sería por entonces cuando me enganché con las sombras y difuminados y decidí que el lápiz era mío, todo mío... mi... tesoooro...
También por entonces se sembró la semilla del mal. Sin tener ni idea de lo que era un cómic mi padre puso en mis manos uno de los primeros números de Mortadelo y Filemón (Ibáñez for president). Y también por aquélla época veía mis primeras películas de Disney. Y ya está... ¡yo quería ser dibujante! eso o Mortadelo, jaja... pobre alma cándida...
Desde entonces, dibujaba cuando me daba la gana, que tampoco era demasiado (siempre tuve claro que no podría dedicarme a ello). De todas formas buscaba libros en la biblioteca del barrio sobre dibujo, pintura, bellas artes y, cómo no... cómics, todo cuanto pudiera. Allí encontré a Spirou y sobre todo a El Pequeño Spirou, que anduve buscando de biblioteca en biblioteca a la caza de un nuevo número. Uno de mis personajes preferidos, junto a Mafalda y Calvin. También por entonces comencé a acercarme al teatro y de ahí a la narrativa (sí, por ese orden), pero como diría Michael Ende, eso es otra historia y debe ser contada en otro momento.
Y del cole al instituto, y del Dibujo al Diseño y el Dibujo Técnico. Eran optativas, complicadas para mantener el nivel y quitaban una barbaridad de tiempo, comparadas con el resto; pero como dicen: sarna con gusto no pica. Fue la época del primer retrato (Micheal J. Fox, Regreso al Futuro II, no lo busquen entre los dibus de aquí delante que no está).
Y del insti a la universidad. Casi, casi, estuve a punto de orientarme a la Arquitectura, las Bellas Artes no eran una opción (mundo cruel)..., pero finalmente terminé en Informática. Una carambola bastante extraña pero ésa también es otra historia.
Al comenzar la carrera, el dibujo ya estaba siendo confinado (tampoco es que la carrera deje mucho tiempo libre) al borde del exterminio, pero al segundo año un golpe de viento me hizo retomarlo: un proyecto de videojuego entre compañeros que estaban a punto de terminar. Desafortunadamente, y como suele pasar, no llegó a mucho. Pero yo ya comenzaba a llevarme mis cuadernos de dibujo siempre encima, y también comencé con el diseño de personajes. Una fuerza misteriosa me llevaba del realismo a una forma más cercana al cómic.
Poco después descubrí la fotografía.
Hice un par de trabajos, dibujé algunos retratos, docenas de personajes y criaturas, y alguna mascota para clubes deportivos.
Y hace varios años y un par de semanas lo dejé.
Hasta verano de 2006. Ese verano trabajaba como analista para el aseguramiento de la calidad del software en la localización de videojuegos (resumiendo: tester) en NOE, Frankfurt. Un día después del trabajo me acerqué a una tienda frente a la facultad de ciencias en Nibelunguenstrasse (que rico huele siempre en las tiendas de dibujo) y un par de escapadas al río hicieron el resto.
Y así hasta hoy. No sin unas dosis de dolor, que nada es fácil.
Debería y podría decir que he vuelto, aunque estoy algo oxidado. En los pocos intentos desde entonces, he comprobado que he perdido un poco de mano. Aunque estoy convencido de que puedo recuperarla (el retrato central, de un chico muy guapo llamado Imanol, es de este verano). Al contrario de lo que esperaba, tras ponerme delante de una hoja en blanco y comenzar a trabajar en algo, el proceso fue más directo y claro que antes, y también más cómodo.
Me gusta la línea cómica en la que me he acomodado, pero también quiero volver a las formas antiguas y probar nuevos materiales. Mi último intento ha sido el dibujo cómico de un par de criticones, ¡Alo suyo!. Y aprovechando la oportunidad he comenzado a experimentar con el coloreado digital, algo que, salvo contadas ocasiones, jamás he metido en mis dibujos . En mi línea de software libre, viva el Gimp.
Y... That's all Folks!, por el momento.
PD: gracias a mis niños por el bloque de veinte -Escuela de Dibujo de Anatomía- del otro día y esas líneas tan bonitas :_)
2 comentarios:
Como siempre pienso de tí, tienes más talento y potencial del que te permites admitir.
gracias killo, habrá que seguir currando para ver si verdad hay algo ^^
Publicar un comentario